La idea de que a los adolescentes y niños no se les debe de juzgar ni castigar es simplemente estupida, solo ha hecho que los delitos violentos, incluso los asesinatos se hayan incrementando hasta estar fuera de control, problemas que se hubiesen solucionado muy sencillamente se han convertido en insolubles..
Cuando un niño ejerce violencia, no puede ser reprimido de ninguna forma, los maestros no tienen la autoridad de corregirlos, los padres o no les importa o no lo hacen y el niño va creciendo sin limites, asi que un simple empujon se convierte en golpes y estos en violencia sistematica, a los demas en vez de verlos con empatia y saber que es deber de los grandes el proteger a los pequeños, los ve como victimas, y su violencia va escalando, no es raro que a los catorce ya sean pandilleros o asesinos, como el Monchis o el Matapolicias de Tlahuac, niños extremadamente violentos, con visitas frecuentes a las agencias del MP, de las que salian simplemente porque eran menores de edad, sin importar que hubiesen hecho.
Si estuviesemos en un pais democratico podriamos exigir que en ciertos crimenes como robo con violencia, asesinato, delincuencia organizada o violacion, se les diera trato de adultos, y se les pudiera castigar de alguna forma, pero en Mexico, nuestros Diputados o Senadores solo estan ahi para robar, la seguridad de la sociedad no les importa nada, protegen a los delincuentes, incluso haciendo leyes que los vuelvan impunes y les permiten cometer cualquier delito.
Ante tal situacion, solo queda una alternativa, como diria cierto vilipendiado personaje de la historia de Mexico:
Matalos en Caliente
Legalmente la unica forma en que los puedes matar es en defensa propia, asi que cuando veas que dos jovenes en motoneta se acercan a ti, corta cartucho y vuelales la cabeza, porque de lo contrario, ellos te la volaran a ti y despues a muchas otras personas, tantas como quieran, y en el remoto caso de que se les detuviera, los inutiles de Derechos Humanos salgan con su baba de perico que un multihomicida no debe de ser castigado, y peor aun, ni siquiera se le debe de tocar con el petalo de una rosa.